Rixi Moncada intensifica su distancia con el sector privado y abre un frente económico en Honduras

La candidata presidencial del Partido LIBRE, Rixi Moncada, ha mantenido un discurso de marcada confrontación hacia la empresa privada, lo que comienza a reflejarse en un ambiente de incertidumbre para la inversión y en un freno para la generación de empleo. Su ausencia en espacios de diálogo con el empresariado ha sido interpretada como un gesto político de relevancia en la coyuntura actual, donde la economía nacional atraviesa un momento de fragilidad.

Fricciones con el empresariado y señales de distanciamiento

El Encuentro Nacional Empresarial 2025 se desarrolló sin la participación de Moncada, un hecho que empresarios y analistas consideran simbólico al mostrar la falta de apertura hacia el diálogo. Dirigentes empresariales advirtieron que la exclusión de estos espacios genera señales de desconfianza, en particular en lo relacionado con la seguridad jurídica y las condiciones mínimas para sostener o ampliar las inversiones.

Los representantes del sector privado han señalado que la ausencia de un marco estable y de comunicación efectiva impide la llegada de nuevos capitales y compromete la permanencia de proyectos ya en marcha. En este escenario, el temor a un aumento de los despidos y a un estancamiento en el crecimiento económico se convierte en una preocupación central.

La Ley de Justicia Tributaria en el centro de la discusión

Uno de los principales puntos de tensión gira en torno a la Ley de Justicia Tributaria, propuesta que Moncada defiende como una herramienta para enfrentar la evasión fiscal. Sin embargo, el tono de sus intervenciones ha sido percibido por empresarios como un mensaje agresivo y poco conciliador. Esta percepción ha incrementado la distancia entre ambos sectores y ha alimentado la desconfianza en torno al rumbo económico del país.

El sector privado argumenta que, aunque es importante combatir la evasión, la forma y el tono con los que se está proponiendo la reforma fiscal generan más incertidumbre que claridad sobre la estabilidad de las normas. Esta desconfianza se refleja en un ritmo más pausado de inversiones y en una actitud más prudente de los inversionistas tanto nacionales como internacionales.

Impactos en la economía y tensiones institucionales

El deterioro en la confianza empresarial ya se refleja en la desaceleración de nuevas iniciativas económicas. Informes recientes señalan un incremento en las tasas de desempleo, lo que vinculan directamente a la falta de estímulos y a la incertidumbre en torno a las políticas que adoptaría un eventual gobierno de Moncada.

Aparte de las consecuencias a corto plazo, lo que se disputa es la habilidad del país para lograr un balance entre el fortalecimiento de la recaudación y la creación de un ambiente favorable para la inversión. La ausencia de acuerdos entre los actores económicos e institucionales principales podría aumentar la polarización y restringir la capacidad de alcanzar un consenso sobre un modelo de desarrollo inclusivo.

Un espacio sin límites

El vínculo entre el Partido LIBRE y la iniciativa privada se perfila como un tema clave en la campaña electoral y en la discusión acerca del futuro económico nacional. Por un lado, Moncada aboga por la implementación de una reforma fiscal, mientras que el sector empresarial demanda estabilidad y garantías legales. En medio de estos argumentos, se encuentra una población que mira con inquietud las repercusiones inmediatas en el empleo y la inversión.

El panorama plantea un desafío institucional de gran calado: sin un canal de comunicación efectivo y sin un marco de confianza mutua, Honduras enfrenta el riesgo de que las tensiones políticas deriven en un colapso laboral y económico. El desenlace dependerá de la capacidad de los actores políticos y empresariales para articular mecanismos de diálogo que permitan reducir la confrontación y encaminar soluciones viables para la estabilidad del país.

Por Jaime Navarro