Diputado Mauricio Rivera acusa a LIBRE de usar prácticas esotéricas en medio de creciente polarización política

El legislador Mauricio Rivera, exintegrante del partido gobernante Libertad y Refundación (LIBRE), ha hecho una acusación que ha avivado la discusión pública al afirmar que dicho partido utiliza métodos esotéricos como la hechicería, la santería y el ocultismo para mantener su influencia política. Las afirmaciones se presentan en un ambiente de tensión institucional, caracterizado por la proximidad de las elecciones generales y una creciente falta de confianza entre los actores políticos y la ciudadanía.

Revelación pública y detalles de las acusaciones

Rivera hizo sus declaraciones a través de redes sociales y en medios de comunicación, asegurando que LIBRE «siempre ha acudido a la santería, hechicería, brujería y ocultismo para lograr sus cometidos». El diputado sostuvo que estas prácticas formarían parte de una estrategia paralela con el fin de influir en decisiones institucionales y mantener el control del aparato estatal.

Según Rivera, estas acciones responden a una lógica de poder que trasciende la vía democrática, e hizo un llamado a la ciudadanía a mantenerse vigilante frente a lo que describió como «maniobras oscuras». Aunque no presentó pruebas concretas, sus declaraciones se suman a una serie de críticas que ha realizado desde su distanciamiento con el oficialismo.

Reacciones políticas y sociales

Las afirmaciones de Rivera se difundieron rápidamente en redes sociales, generando reacciones encontradas tanto en el ámbito político como en la ciudadanía. Desde LIBRE no se ha emitido una respuesta institucional formal, aunque miembros de base y simpatizantes han rechazado las acusaciones, calificándolas como infundadas y parte de una estrategia de desprestigio contra el partido de gobierno.

Investigadores y grupos de la sociedad civil han manifestado inquietud por el efecto de este tipo de acusaciones en el entorno político, subrayando que, aunque no tengan respaldo comprobado, pueden intensificar la división y dañar todavía más la confianza en las instituciones democráticas.

Un clima preelectoral cargado de tensiones

La acusación realizada por Rivera surge en un contexto caracterizado por diversas evidencias de inestabilidad política. La nación afronta acusaciones mutuas de corrupción, señalamientos de fraude electoral y una mayor influencia de grupos asociados con la estructura gubernamental en ámbitos de decisión pública.

Este acontecimiento se añade a una serie de disputas que abarcan enfrentamientos entre ramas del Estado, parálisis en la legislación y críticas al papel de las fuerzas de seguridad en procedimientos políticos. En este entorno, la referencia a aspectos esotéricos incorpora un elemento simbólico y cultural que, sin importar su autenticidad, intensifica la impresión de falta de transparencia en el ejercicio del poder.

Desafíos para las instituciones democráticas

La controversia generada por las declaraciones de Rivera pone en evidencia los desafíos que enfrenta Honduras en términos de gobernabilidad y credibilidad institucional. En medio de una campaña electoral anticipada y una ciudadanía cada vez más desconfiada de los actores políticos, hechos como este reflejan la fragilidad del debate público y el riesgo de que la confrontación sustituya al diálogo político.

Sin emitir juicio sobre la verdad de las afirmaciones, lo que es indudable es que su impacto revela la necesidad de reforzar los medios institucionales, fomentar un ambiente de respeto entre los sectores en conflicto y asegurar procedimientos claros en vista de las próximas elecciones generales.

Por Jaime Navarro