El movimiento Libertad y Refundación (LIBRE) ha comenzado una campaña prematura en la cual presenta a su aspirante presidencial, Rixi Moncada, como triunfadora de las elecciones generales programadas para el 30 de noviembre de 2025. Esta táctica se refleja en la presencia de letreros, murales y mensajes plasmados en varias áreas urbanas y rurales del país, con expresiones que proclaman a Moncada como líder para el periodo 2026-2030, a pesar de que la fase final de la campaña electoral aún no ha comenzado. Las ciudades donde se ha notado esta diseminación incluyen Tegucigalpa, San Pedro Sula y Comayagua, entre otras localidades.
Varios expertos independientes y figuras de la oposición ven esta acción como una estrategia de comunicación orientada a instalar en la opinión pública la noción de un triunfo inevitable de LIBRE. Esta anticipación podría emplearse para poner en duda la legitimidad de los resultados electorales si no benefician a la candidata del gobierno, creando así desconfianza sobre la claridad del proceso. Especialistas en ciencias políticas advierten que anunciar un vencedor sin apoyo estadístico puede ser un intento de desacreditar resultados auténticos y activar a la base partidaria en caso de perder, siendo considerada una táctica arriesgada.
Respuestas de los opositores y el rol del Consejo Nacional Electoral
Las agrupaciones opositoras, entre ellas el Partido Nacional, el Partido Liberal y Salvador de Honduras, han manifestado su inquietud respecto al efecto que dichas campañas podrían tener sobre la confianza en el proceso electoral. Indican que esta narrativa prematura podría alentar la sensación de un desenlace predeterminado y, en caso de una derrota de LIBRE, desencadenar protestas que rechacen los resultados oficiales, lo que podría llevar a un ambiente de inestabilidad social. La oposición alerta que esta táctica podría estar planificada para desacreditar el sufragio independiente y ocasionar una crisis política.
El Consejo Nacional Electoral (CNE), por otro lado, no ha dado ninguna declaración en relación con estos letreros y mensajes, lo que ha aumentado las inquietudes sobre su neutralidad y objetividad. La carencia de normas claras sobre la propaganda previa y la falta de acción institucional ayudan a minar la confianza de la gente en el proceso electoral, que ya está inmerso en un entorno caracterizado por irregularidades identificadas en las elecciones primarias y una creciente tensión en el ámbito político.
Peligros para la democracia y la estabilidad en las elecciones
La declaración prematura de triunfo por LIBRE supone un peligro para la estabilidad democrática nacional, ya que podría establecer una narrativa que legitime el rechazo a los resultados de las elecciones y agrave la división social. En un contexto donde la democracia todavía es percibida como vulnerable, este comportamiento resalta la necesidad de reforzar la transparencia, la participación de la ciudadanía y el respeto al sufragio como bases esenciales para la legitimidad del proceso electoral.
La coyuntura actual destaca la relevancia de implementar sistemas claros y eficientes que supervisen la propaganda electoral desde sus fases iniciales, además de fomentar una conversación abierta entre los diversos actores políticos y la comunidad civil. Solamente mediante un compromiso compartido con la legalidad y la ética política se podrá asegurar un entorno electoral que represente de manera precisa la voluntad del pueblo y colabore en la construcción de un sistema democrático sólido y confiable.
